Avistado ser extraño en las inmediaciones del refugio

Algo terrible ha llegado a oídas de Los Rehabilitadores. Algo, de naturaleza desconocida, misterioso, esquivo y extremamente adaptado al entorno, ha sido localizado en las inmediaciones de La Casilla. Penetrando en el misterio e intentando seguirle la pista a través de las presunciones y cosas mosqueantes padecidas por las gentes cahorreras parece ser que sus movimientos empezaron allá por cuando estuviéramos desescombrando el suelo de la Casilla, hecho que nos hace suponer la posibilidad de que aquél primer día que dejamos así como los tres cuartos del futuro refugio a nivel de suelo, fuera precisamente por ese cuarto oculto por donde escapase el bicho raro ese. ¿Y que de dónde salió? Pues de la trampilla del sótano. Sótano que por supuesto no estaba dispuesto a que descubriéramos ya que por todos es sabido que en él se guardan todos las joyas, colgantijos y otros oros acuñados que los exploradores de mundo acequieros arrabaleros, retirados en la montaña, descubrieron todo lo que vete tú a saber que escondieran por allí los árabes, romanos, moros, visigodos y todos esos ancestros que, algún día, se refrescaron los pies en las mismas aguas en las que ahora nosotros metemos los brazos después de escalar. Y eso, que lo más probable es que dicho ente al ser despertado esperase a la noche, rompiese la trampilla a la antigua técnica del maestro Tai Pei, rescarbárase para arriba lo justo para salir, olfatease el nuestro alijo para las armas de rehabilitador y pasasesé la noche arreglando el asunto para que a la mañana siguiente no advirtiéramos la presencia de su cámara secreta ni su rastro.

Un ser muy concienzudo, pero, sin embargo, por desgracia y susto, este ser que bien nos olíamos (y es que estaba encima de nosotros) ha sido finalmente descubierto por una fotografía térmica de amplio espectro que, un tipo de lo más corriente, echó sin querer al pasar por allí. Aquí mostramos la foto para que si alguien reconoce una silueta parecida no dude en tomar las medidas que considere oportunas, como pueda ser presionarlo hasta que diga cómo acceder al sótano.

Ser extraño riéndose de cómo Los Rehabilitadores trabajan a jornal sin saber que, dándole una mala ostia al suelo, no tendrían que volver a currar nunca más.